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  • Foto del escritorMoisés López

¿Qué es la maloclusión dental?

La maloclusión dental es el mal contacto entre los dientes superiores (maxilar) e inferiores (mandíbula) al morder o cerrar la boca.

Este problema se debe a alteraciones en el desarrollo óseo del maxilar o de la mandíbula, así como una mala posición de los dientes.


Una de las principales causas de la maloclusión dental son los factores hereditarios, pero algunas otras causas se pueden prevenir. Por ejemplo, evitar que los niños se chupen el dedo en exceso, no prolongar el uso de biberón o chupete o tener controladas las caries y fracturas dentales.


Los principales síntomas para sospechar que sufrimos de maloclusión dental son dientes desviados, apiñados o que sobresalen unos sobre otros. Otros síntomas pueden ser: sentir molestias al masticar los alimentos, dolor continuo en la mandíbula o la articulación, respirar con la boca abierta o morderse las mejillas de forma habitual.


Si no se corrige la maloclusión dental a tiempo pueden darse los siguientes problemas:

· Los dientes desviados, apiñados o que sobresalen, pueden causar problemas de estética.

· Morderse las mejillas accidental y frecuentemente.

· Los dientes apiñados impiden su correcta limpieza, con todo lo que esto puede implicar: caries, periodontitis, recesión de encías…

· Dificultades para comer (al no poder masticar bien), para hablar e, incluso, para respirar, provocando muchas veces el respirar por la boca y lo que eso conlleva.

· Si la articulación Temporomandibular está afectada, se pueden producir dolores en la propia articulación, en la mandíbula e, incluso, dolores de cabeza y musculares.

· Debido al mal funcionamiento de los dientes esto puede provocar sobrecargas musculares y articulares en cuello, espalda, etc., y aumentar el riesgo de lesiones deportivas.

Corrección de la maloclusión

La manera más sencilla de corregir la maloclusión dental es que sea tratada de forma temprana en la infancia, cuando el crecimiento óseo y dental está todavía en etapa de desarrollo. En esas edades, un posible tratamiento de ortodoncia interceptiva con una aparatología funcional podría corregir y dirigir el desarrollo maxilar del niño/a.

En los adultos, dependiendo de la complejidad del caso, es posible que se requiera además corregir la posición de los maxilares con una cirugía ortognática.

El diagnóstico es una parte clave

Antes de acometer cualquier tipo de tratamiento, el ortodoncista realizará un diagnóstico craneofacial previo. Este diagnóstico puede incluir pruebas radiológicas, resonancias de la ATM, fotografías, vídeos, escáneres faciales, escáneres intraorales, etc.

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