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  • Foto del escritorMoisés López

La importancia de la revisión dental en los niños

Las visitas al dentista para revisión se deben realizar a partir del año de edad y conviene que se repitan anualmente.

Es importante que el niño se acostumbre a visitar al dentista como un hábito normal, así cuantas más revisiones se realice, más confianza ganará desde pequeño.

Al no presentar generalmente ninguna patología, el niño aprende a visitar al dentista sin asociarlo a pinchazos o dolor, y cuando llegue el momento de hacer algún tratamiento será más fácil al estar el niño relajado. También aprende hábitos muy beneficiosos que facilitarán los esfuerzos de los padres para que se cuiden la dentadura.

Un niño acostumbrado a revisiones dentales, se cuidará mucho mejor la boca, tendrá menos patología y si la tiene, el tratamiento será más agradable.


Dependiendo de la edad del niño:

- Se comprueba la erupción de los dientes, si están saliendo los dientes según su edad. Si se trata de la dentición definitiva, miramos si los temporales se caen como deben, o es un momento en el que se ven a la vez el diente temporal y su diente definitivo correspondiente. También si se han colocado en el lugar adecuado, o si le produce al niño o adolescente molestias o infecciones.

- La posición dentaria: se revisa si los dientes están en su sitio, y en el orden que les corresponde, si están amontonados, o con demasiada separación entre los dientes. Hay que comprobar la relación de los dientes de arriba con los de abajo, es decir si muerde bien. Los dientes superiores deben estar por fuera de los inferiores y en contacto con ellos, es decir que no estén a distancia dejando un hueco entre ambos. Se realiza una inspección de la mandíbula, para ver si la relación de los huesos maxilares es la adecuada, y que la mandíbula no quede demasiado adelantada ni retrasada con respecto al labio superior. En caso de adolescentes observamos por tanto si necesita ortodoncia o no, ya que es el mejor momento para corregir la malposición de alguna pieza.

- La existencia de caries para evitar complicaciones dolorosas e infecciosas, tanto si son dientes temporales como si son definitivos.

- El estado de las encías: No debe haber sangrado espontáneo ni durante el cepillado. Si sangran puede haber gingivitis o inflamación de encías, debido a la insuficiencia o mala técnica del cepillado, o a la ingesta de demasiados dulces entre las comidas.

- También se analiza la superficie de la lengua, interior de la cavidad de la boca: la parte interna de los labios y de las mejillas para comprobar si hay llagas, manchas, pequeñas heridas, etc.




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