Cepillarse de forma correcta
La forma en la que te cepillas es igualmente importante; de hecho, hacer un cepillado incorrecto de los dientes es casi tan malo como no cepillarte en absoluto. Tómate tu tiempo, desplazando el cepillo con suaves movimientos circulares para eliminar la suciedad. La placa no removida puede endurecerse, lo que lleva a la acumulación de cálculos y hasta gingivitis (enfermedad de las encías tempranas).
No descuides tu lengua
La placa también puede acumularse en tu lengua. Esto no solo puede llevar a un mal olor en la boca, sino que puede provocar otros problemas de salud bucal. Por ello, te recomendamos cepillar suavemente la lengua cada vez que limpies tus dientes.
Usa una pasta de dientes con flúor
Cuando se trata de pasta dental, hay elementos más importantes a tener en cuenta que el poder de blanqueamiento dental o los sabores. No importa qué versión elijas, pero es preferible que contenga flúor.
Tratar el uso de hilo dental es tan importante como el cepillado
Muchos de los que se cepillan regularmente olvidan usar el hilo dental. El uso del hilo dental no solo nos permite eliminar esos pequeños restos de comida que pueden quedar atorados entre los dientes, sino que también es una forma ideal de estimular las encías, reducir la placa y ayudar a reducir la inflamación en el área.
No dejes que las dificultades para usar el hilo dental te detengan
El uso de hilo dental puede ser algo complicado, especialmente para niños pequeños y adultos mayores con artritis. En lugar de darse por vencido, en estos casos se puede optar por herramientas que pueden ayudar a usar el hilo dental. Los injertos dentales listos para usar de la farmacia pueden marcar la diferencia.
Beber más agua
El agua continúa siendo la mejor bebida para el bienestar del cuerpo en general, incluida la salud bucal, por lo que recomendamos beber agua después de cada comida. Esto puede ayudar a eliminar algunos de los efectos negativos de las comidas y bebidas pegajosas y ácidas.
Comer frutas y verduras crujientes
Los alimentos pre cocinados o listos para el consumo son convenientes cuando no tenemos mucho tiempo para cocinar, pero no son la mejor opción cuando se trata de la salud dental. Es preferible optar por productos crujientes y frescos, los cuales no solo contienen un tipo fibra más saludable, sino que también suponen una mejor opción para tu dentadura. En este sentido, te recomendamos evitar las comidas excesivamente blandas y procesadas, así como dejar de cortar los alimentos en pedazos pequeños. Siempre será mucho mejor poner las mandíbulas a trabajar.
Limitar la ingesta de alimentos azucarados y ácidos
El azúcar se convierte en ácido en la boca, lo que puede erosionar el esmalte de los dientes. Estos ácidos son los que conducen a las caries. Las frutas ácidas, el té y el café también pueden desgastar el esmalte de los dientes. No tienes que evitar tales alimentos por completo, sin embargo, es mejor ser consciente de ello.
Visita a tu dentista al menos dos veces al año
Tus propios hábitos diarios son cruciales para tu salud oral general. Como mínimo, debes ver a tu dentista para limpiezas dentales y chequeos dos veces al año. Un dentista no solo puede eliminar y buscar caries, sino que también podrá detectar problemas potenciales y ofrecer soluciones preventivas de tratamiento.
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